9 nov 2010

RESISTENCIA EN LA CARRERA

Hebreos 12: 1 – 2

En las carreras de relevos, es maravilloso ver el entusiasmo con el que un integrante del equipo le da la posta al que se apresta a continuar la carrera y no solo que le entrega la posta, sino que además, le anima para que alcance la meta.
Sin duda alguna, nada es más parecido al comienzo de este pasaje de la escritura en la que el autor, nos anima a seguir la carrera:
“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante”

Es importante conocer que la antesala de este capítulo es precisamente donde se nombra a los héroes de la fe, ellos son parte de la gran nube de testigos que nos anima a seguir. Gente como Abel, Noé, Abraham, Jacob, Moisés, Isaías, y tantos otros que tuvieron que soportar vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles, apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra.

Hoy en día, podemos ver casos similares, por citar ejemplos, en el 2006 un hombre que atormentado y enojado con Dios por la muerte de su hija 20 minutos después de nacer, entró un día a una escuela cristiana de la comunidad amish, secuestro y disparo a 10 niñas matando a 5 de ellas y luego se quitó la vida; o como suicidas islámicos radicales hace pocos días, entran en una de las pocas Iglesias cristianas en Irak, y estallan sus cuerpos junto a las bombas que portaban, para eliminar a los cristianos que alababan a Dios en ese momento, casos como este se expanden a países como Egipto, India, Ucrania, entre otros.

¿Qué nos impide o dificulta el continuar la carrera?

La Biblia en este pasaje remarca dos cosas de las que debemos despojarnos la primera, quizás la conocemos muy bien: el pecado. El pecado es descrito en la Biblia como la trasgresión a la ley de Dios (1 Juan 3:4) y rebelión contra Dios (Deuteronomio 9:7; Josué 1:18). Y si usted no tiene conocimiento acerca de la ley de Dios, le aconsejo comenzar por leer Éxodo capitulo 20, donde se nombran los mandamientos tales como Amar a Dios y no tener otros dioses, honrar padre y madre, no matar, no robar, no cometer adulterio, no dar falsos testimonios, no codiciar pertenencias, entre otros. Pecados, sin lugar a dudas, todos hemos caído y caemos en él. Cada vez es más común ver a jóvenes decir: “sabes, creo que debemos intentar vivir o estar juntos para ver si tenemos química, eso nos ayudará para saber si somos el uno para el otro” O ver a una persona que ama a Dios pero que no puede evitar el consultar con adivinos sobre lo que el futuro le depara. Pecados.



Pero la segunda cosa que en el pasaje se describe primero es: todo peso. Pues esto a criterio de muchos y que yo comparto viene a ser todas aquellas cosas que sin ser pecado, tienen la tendencia de alejarnos de lo que debe ser primordial: El Reino de Dios y su justicia. Para mí por ejemplo el ver televisión (futbol en especial) se convierte en un PESO que no me permite correr la carrera de la mejor manera. Para otros quizás el dinero, la comida, los lujos etc., se constituyen en pesos muy difíciles de cargar y que en la mayoría de ocasiones vienen a ser nuestro principal aguijón de la carne.


¿Cuál es su peso? Solo usted lo sabe y la razón de aquello es porque el peso es algo personal mientras que el pecado es algo que puede ser fácilmente identificado por los demás.


Y es allí donde está nuestra lucha constante, en despojarnos de aquello para poder correr, y muchas veces no corremos sino que caminamos, otras veces caemos, pero no por eso hemos perdido la carrera, recordemos que alguien mayor que nosotros nos ha hecho MAS que vencedores, por eso, el versículo 2 dice: “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe…” Si, es en Él donde está la clave para seguir la carrera. Sabe, si usted y yo tratásemos de despojarnos de todo peso y pecado por nuestra propia cuenta, definitivamente despreciaríamos nuestro tiempo. Es Jesús quien pone la fe en nosotros y quien nos la afirma. Es gracias a Él que tenemos comunión con el Padre y por medio de quien podemos declararnos libres.


Si Usted quiere y no sabe cómo poner sus ojos en Jesús, le doy una sugerencia: busque y lea algún libro de uno de los mártires cristianos y léalo a la par con el libro de los Hechos en la Biblia. Esto de seguro le permitirá tener un mejor enfoque sobre lo que Dios quiere en su vida.

Bendiciones

4 abr 2010

CAMINANDO CON EL FORASTERO

Lucas 24:13-35


Nos encontramos con uno de los pasajes más ricos y alentadores de la Biblia. Sucedió el tercer día despues de la cruxificción de Jesús. Dos hombres que iban camino a Emaus, que no eran como cualquiera de nosotros, pues eran ungidos que habían caminado junto a Jesús, pero que tenían sus corazones envueltos en el dolor de haberlo perdido. Si, porque ellos tenían una profunda esperanza en El: “NOSOTROS ESPERÁBAMOS QUE ÉL FUERA EL LIBERTADOR DE ISRAEL. PERO YA HACE TRES DÍAS QUE MURIÓ.” Ellos creian que El iba a ser el Rey que los iba a liberar del imperio que los atormenta, no se imaginaban que El había venido para hacer la liberación más grande de la historia.


¿SE HAS SENTIDO DECEPCIONADO, TRISTE O ENOJADO CON JESUS PORQUE ALGUNA SITUACION EN SU VIDA POR LA CUAL ORO TANTO, NO SALIO COMO USTED QUERIA?


Muchas veces es bueno aceptarlo delante de El, traer nuestra tristeza, nuestro dolor o en ocasiones nuestra ira en oración y contarselas a El. Quizas hasta ahora aún recuerdas como si fuese ayer cuando estabas orando por aquella situación que no se dio como usted queria. Talvez orabas para que esa separación de tu pareja no se diera o para que el Señor salvara a aquel familiar que estaba a punto de morir, pero no se dio, y paso lo que tenía que pasar y, de pronto, vino esa decepción, esa tristeza, ese enojo, tanto así que aún llegó a decir: “DIOS NO ME ESCUCHO, EL NUNCA LO HACE.”


Eso mismo pasaba en esta escena, los corazón de estos dos siervos y quizas de todos los que caminaron con Jesús, que vieron sus milagros, estaban llenos de tristeza y duda al mismo tiempo:

22"Esta mañana, algunas de las mujeres de nuestro grupo nos dieron un gran susto. Ellas fueron muy temprano a la tumba23 y nos dijeron que no encontraron el cuerpo de Jesús. También nos contaron que unos ángeles se les aparecieron y les dijeron que Jesús está vivo.24 Algunos hombres del grupo fueron a la tumba y encontraron todo tal como las mujeres habían dicho. Pero ellos tampoco vieron a Jesús”


Muchas veces la duda se apodera de nuestros corazones, llegamos a pensar tantas cosas, ¿Será que El está conmigo? ¿Será que El me escucha? ¿Será que El existe? ¿Será que El me AMA?, estas son algunas de las preguntas que nos hacemos en medio de nuesta duda y desconsolación. Quizás la gran pregunta que estos discipulos albergaban en sus corazones era ¿SERA QUE RESUCITO?. Pero en ese momento, aquel forastero que caminaba con ellos, que era nada más y nada menos que Jesús les dijo:

25¿Tan tontos son ustedes que no pueden entender? ¿Por qué son tan lentos para creer todo lo que enseñaron los profetas?26 ¿No sabían ustedes que el Mesías tenía que sufrir antes de subir al cielo para reinar?. 27 Luego Jesús les explicó todo lo que la Biblia decía acerca de él. Empezó con los libros de la ley de Moisés y siguió con los libros de los profetas. 28 Cuando se acercaron al pueblo de Emaús, Jesús se despidió de ellos.29 Pero los dos hombres insistieron: ¡Quédate con nosotros! Ya es muy tarde, y pronto el camino estará oscuro.


Ciertamente, nosotros en muchos aspectos de nuestra vida también somos tontos. Pensamos que al llegar a tener parte con Cristo, seremos aliviados de problemas y olvidamos que El mismo nos dijo que en el mundo tendríamos aflicciones, y que la clave está en CONFIAR en El.

Una de las cosas importantes que podemos rescatar de esta caminata es el hecho de que Jesús compartió nuevamente las escrituras con ellos. Es importante que nosotros como seguidores de Jesús escudriñemos las escrituras, pero no sirve de nada si El no está junto a nosotros mientras lo hacemos. Por eso, debemos orar antes de abrir la Biblia para que El primero abra nuestro entendimiento y decir como estos siervos ¡Quédate con nosotros!.


Esta caminata termina con una escena inesperada para estos dos discipulos, pues después de que Jesús fue el invitado a quedarse con ellos, pasa a ser hospedador al tomar el pan, partirlo y dar gracias. Definitivamente eso pasa en nuestras vidas cuando le invitamos a formar parte de ella, pues el no se conforma con ser invitado, el pasa a ser EL TODO de nuestras vidas, el llega como invitado y se convierte en el “maestro de ceremonia”.

31 Entonces los dos discípulos pudieron reconocerlo, pero Jesús desapareció.32 Los dos se dijeron: "¿No es verdad que cuando él nos hablaba en el camino y nos explicaba la Biblia, sentíamos como fuego que ardía en nuestros corazones?"

Durante toda esta caminata, los ojos de estos dos apostoles estubieron velados, es decir, lo veian pero no lo reconocian. Sabe algo, quizas usted aún no ha reconocido a Jesús como el Rey de Reyes, a lo mejor usted aún no ha visto a Jesús de Nazaret en su vida, pero déjeme decirle que El ha caminado con usted durante todos estos años, y en ocaciones usted ha sentido un fuego ardiendo en su corazón, pero talvez sus ojos aún siguen velados y aún no puede ver su amor y su poder, pero yo eso no significa que el no esté a su lado, simplemente, el está esperando su invitación. El simplemente esta esperando que usted le diga “JESUS, POR FAVOR, VEN A MI VIDA, QUEDATE CONMIGO”

33 En ese mismo momento, regresaron a Jerusalén. Allí encontraron reunidos a los once apóstoles junto con los otros miembros del grupo.34 Los que estaban allí les dijeron: "¡Jesús resucitó! ¡Se le apareció a Pedro!"

¿Sabe a que distancia estaba Jerusalen de Emaus? Aproximadamente 11 km. y estos dos apostoles, en medio de la oscuridad (lo cual era terrible para las personas orientales de aquella época) decidieron regresar a Jerusalén para darle las nuevas a los demás y para gozarse con ellos. Esa es la función actual de la Iglesia. La Iglesia es la Jerusalén de estos tiempos, y yo le animo a usted que ha vista la gloria de Jesús o que está por verla, que si no tiene una Jerusalen a donde ir, no espere más tiempo, busque una Iglesia, congrégese y comparta el gozo de saber que Jesús resusitó y que vive en nuestras vidas. Bendiciones.

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eternal” Juan 3:16